Hace mas de dos semanas que recibí el regalo de mi Amiga Invisible y las circunstancias se han aliado para que no sea hasta hoy víspera de Nochebuena cuando pueda desvelar su identidad.
Sobre las circunstancias casi mejor paso de puntillas... trabajo... si eso también claro y una cena de empresa que se encargó de recordarme que ya tengo una edad upssss , 12ºC bajo cero a las 6 de la mañana no consiguieron despejarme lo suficiente el domingo jaja
Bea ... mi admirada Bea desde su rincón ha sido mi ángel en estas Navidades.
El servicio de correos se alió en nuestra contra, el envío se componía de dos paquetes y la llegada del segundo se hizo esperar pero mereció la pena y estos son mis regalos:
Guia completa de las técnicas culinarias.- Postres de Le Cordon Bleu, con paso a paso de las preparaciones y fotos fantásticas.
Dos joyas sin precio Esencia de vainilla casera y Mermelada también casera de melocotón con cardamomo ;-)
Un bote de mezcla de especias para pasteles que ya tengo ganicas de estrenar y cortapastas navideños -de estos ya me había despedido este año menuda sorpresa me llevé- son "hipermegasuperchulosmama¿verdad?" ahí es nada.
Candy Canes para mi árbol y una carta manuscrita llena de cariño :) siento dar envidia pero "es lo que hay" jaja
Y claro ya sabeis que falta algo pero he dejado para el final ... sus preciosas ...
¡¡¡ G A LL E T A S !!!
... que ahora por supuesto cuelgan de mi árbol recordándome lo mejor de estas fechas ^-^
Si alguien tenía dudas a estas alturas sobre el transporte de estas joyas aquí puede encontrar la prueba de que incluso los envios a la península están garantizados.
Simplemente perfectas, delicadas, deliciosas -si vaaaaaaaaale no pudimos resistirlo y hace unos días mis hijos y la que suscribe establecimos un riguroso control de calidad sobre una de ellas que nos permitiera hablar con propiedad del tema jaja- .
Nuevamente aparecen mis disculpas :( por las fotos esta vez... mejor pulsais aquí en su blog para apreciarlas de verdad.
Dichosas fotos que no reflejan el cariño con que Bea hizo el envío ni la emoción con que lo recibí.
Tengo el convencimiento personal de que desayunando una tostada un domingo de febrero, al hojear una página en abril, destapar la vainilla en junio u hornear unas galletas en los primeros días de septiembre rozaré eso que acostumbramos a llamar espiritu navideño.
La cercanía que desprende su carta no tiene fecha de caducidad y mis hijos recordarán esta navidad de su infancia como "la de las galletas de Bea" que desde el árbol nos recuerdan que hay cosas que simplemente no tienen precio.
Desde Soria...
Gracias y Feliz Navidad.